sábado, 6 de septiembre de 2008

VEINTE MIL BARRILES DE CAFE


Tú no lo sabes, estás adormilado en un atasco, detenido en un semaforo, y no sabes que lo que mueve tu coche proviene de este lugar perdido en el desierto, el campo KFK, de este hermoso pozo rodeado de dunas gigantes, cerca de las arenas de Libia, las de verdad sin metáforas, igual que yo no se cuando me tomo un café que las manos de una niña en Guatemala ha recogido esos granos al amanecer metiendo sus manitas entre hojas húmedas cargadas de rocío y mosquitos enormes que la esperan, tú no lo sabes y yo no lo sé, mejor que quede así, sin líquido negro no hay quién empiece el día.

1 comentario:

usucapiodelvacío dijo...

lúcida, evocadora, comprometida-sin-ñoñez reflexión,... como tantas otras tuyas. Me gustaría conocerte.