miércoles, 22 de octubre de 2008

LA PRUEBA DE SIMULADOR




Me estaba muriendo en La Posada del Tejedor, aquel Bed & Breakfast de Castle Donington a sólo unos minutos del aeropuerto de East Midlands. Sólo trabajaba algunos días por semana y a veces llegaba hasta los lochs incrustados entre las cumbres nevadas de Escocia. No puedo negar que era hermoso, pero hay en los países llamados del primer mundo algo que me mata y me asfixia, y no sé lo que es, bueno, además de esa indefinida decoración ñoña y repugnante de abuelita inglesa que tienen todos los B&B en su intento de reproducir el efecto “hogar lejos del hogar”. Mi empresa inglesa estaba agradecida por haberles servido más allá del deber en el proyecto del sur de Argelia, sobre aviones ruinosos con pilotos automáticos reducidos a la función de un mero compensador, demasiados instrumentos muertos y un solo generador para vuelo nocturno , por haber aceptado aquellas fugas de combustible y líquido hidráulico, turbinas pasadas de horas, por las navidades que nadie quiso trabajar, por la segunda salida nocturna que nadie quiso aceptar…Todo era explicable, había sido un largo trabajo lejos de Europa y sus mecánicos. Lo gracioso es que en Inglaterra me pusieron un avión en el mismo estado. En Edinburgo hasta nos multaron por haber dejado una charca de combustible enorme en el asfalto del aeropuerto. Fue entonces cuando me llamaron para la prueba de simulador en Zurich. Ya estaba cansado de portarme bien, sólo unos días antes me había jurado a mí mismo que si no conseguía entrar en aquella empresa suiza, lo dejaría todo, rompería la baraja, me haría pirata, contrabandista, un sinley.
Aquel día de aguanieve y Alpes de postal en Zurich había un mono volando dentro de una caja. Lo hice fatal, me bajé de mínimos, pero me tomaron las medidas para el uniforme y me ofrecieron firmar un generoso contrato que sólo pedía la mitad de todo mi tiempo. Tenían bases en varios países de África y Oriente Medio, pero me aseguraron que al principio volvería al Sahara argelino. Ahora no para buscar petróleo, sino para transportar a los que lo extraen. Más petróleo para el mundo pues, y más arena y más luz para mi alma.

No hay comentarios: